El sueño de dos jóvenes hermanos hecho realidad

Se crea Terranova S.r.l.

El nacimiento de esta empresa es muy especial pero sobre todo accidental, uno de esos casos que en los tristes años de la posguerra cambiaron el destino de toda una familia.
Los actores principales de esta gran aventura fueron dos hermanos, Francesco Paolo y Santoro, que trabajaron duro y a veces sin un sueldo fijo para mantenerse.

La carrera laboral de Francesco Paolo, el mayor de los hermanos, comenzó en una tonelería donde trabajó con diligencia pero en contra de su vocación. Francesco Paolo soñaba con la mecánica y su aspiración era trabajar en un taller.

La oportunidad surgió cuando el propietario de un taller mecánico bien establecido en Marsala le contrató como aprendiz. Francesco Paolo por fin había encontrado su camino y con dedicación, empeño y pasión perfeccionó sus conocimientos estudiando los libros que encontraba en el taller y así hizo realidad su sueño de convertirse en mecánico especializado primero y en jefe de taller después.

Sus aptitudes, inteligencia, honradez y dedicación al trabajo le convirtieron muy pronto en un referente de la empresa, que visitaba cada año la Feria de Milán para conocer las nuevas técnicas e innovaciones en el campo de la mecánica. Se inspiró mucho en esas ocasiones para idear nueva maquinaria, como la máquina que era capaz de envasar tanta masa en una hora como ocho mujeres en un día.

Más tarde, su hermano Santoro también trabajó en la misma empresa, pero el verdadero punto de inflexión en sus vidas se produjo en 1954durante su luna de miel, Francesco Paolo se detuvo en Turín como invitado de unos parientes.
Pasó por un desguace y le llamó la atención un viejo torno.

Se trataba de un torno de doble prisma construido en 1901 en los Estados Unidos de América y en funcionamiento hasta 1954. Guiado por su instinto innato para la mecánica, enseguida se dio cuenta del potencial que podía tener esta máquina si funcionaba a la perfección. Con gran previsión salvó aquel torno del desguace y con el dinero que había reservado para su luna de miel decidió comprarlo y lo hizo enviar a Marsala. En pocos meses se arregló y volvió a funcionar.

Ese torno fue el punto de partida de
Terranova srl
.

Los dos hermanos no disponían del capital necesario para crear su propia empresa, pero gracias a su competencia y sus aspiraciones, empezaron dirigiendo los dos negocios: de día trabajaban como empleados y por la noche, pensando en cómo organizarse, planeaban su futuro.

El territorio de Marsalaespecialmente en el lado sur, estaba rodeado de muchas canteras de tobaen parte todavía hoy, donde trabajaban miles de canteros, extrayendo la toba con una cuchilla (hacha), utilizando sólo la fuerza de sus brazos.

Los terranovenses, que vivían en la zona, se dieron cuenta de que la construcción de una máquina para cortar toba podía ser una innovación que aliviaría en gran medida el duro trabajo de los canteros y, además, haría realidad su sueño: crear una máquina nueva.

Después de montar el torno, que en sus manos se convirtió en una joya, aún hoy en funcionamiento, fue necesario organizar un taller y encontrar las demás herramientas necesarias.

Gracias a algunos conocidos, resolvieron también este problema: unos amigos prestaron a los terranovas una soldadora y un taladro, se compraron las demás herramientas y se creó una empresa de facto.

Sólo disponían de tiempo por las tardes y los días festivos, y los dos hermanos dedicaron este tiempo a la construcción de su primera máquina para cortar toba.
Más tarde decidieron renunciar a la empresa y dedicaron todo el tiempo disponible y necesario a la construcción de las nuevas máquinas.
Se construyeron y vendieron muchas máquinas para cortar toba que, aunque patentadas, pronto fueron imitadas.

Esta innovación dio un nuevo impulso a las canteras y, en consecuencia, favoreció el desarrollo de la construcción en toda la provincia de Trapani y Palermo.
Mientras tanto, los pedidos crecían y se hizo necesario trasladar el taller, que se había quedado pequeño.
Así pues, con los ahorros y beneficios de la empresa, se compró un terreno y se construyó una nueva nave con un taller más moderno y nuevas oficinas.

Los recuerdos de Francesco Paolo son claros: la inauguración tuvo lugar el 6 de febrero de 1960.